Hace tiempo que tengo esto abandonado y es que tengo aún que reinventar la fórmula para que mis alumnos participen de verdad de esta actividad. Cuando la presenté a principios de curso parecía que alguno me iba a seguir el juego, e incluso confié en que acabaría arrastrando a otros. Pero nada. A veces parece que estos chavales son meros espectadores que ni entienden, ni intención tienen de entender, lo que les rodea. Pero en fin, seguiremos intentando rascar, para ver si al final encontramos premio. Y aprovechando la parrafada que acabo de soltar una nueva imagen que me encantó cuando la reconocí: Penélope. Esa mujer abandonada, condenada a tejer y destejer una colcha a la espera de su amado Odiseo (por si les suena más familiar, Ulises). Una mujer, criticada por unos, y ensalzada por otros, que de tanto coser y descoser ha acabado dando nombre a una revista de punto de cruz y labores. Tal vez muchas de las personas asiduas a esta revista no tengan idea alguna de qué significa ese nombre. Y el que se lo puso, también contaría con ello. Pero ahí está, impertérrito cual Penélope ante los pretendientes, haciendo de testigo del legado clásico...
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