Se acercan las Navidades y por lo tanto nuestras casas
comienzan a llenarse de adornos, regalos y luces que nos van introduciendo en
un ambiente festivo… se acercan también ¡las cestas navideñas!, alegría para
quien las recibe y satisfacción para quien las ofrece.
Pero… ¿sabíamos que esta bonita tradición navideña perdura
en el tiempo teniendo sus orígenes en la época romana?
Es una costumbre navideña que se instauró a mediados del
siglo XX pero que está inspirada en una tradición de la época romana. Su origen
nos traslada a la Antigua Roma, en
aquella época tenía lugar la sportula, que consistía en el reparto de comida
en un cesto. Se solía incluir higos secos, ramitas de olivo, hojas de laurel y
un mensaje con los mejores deseos grabados en pequeñas lamparitas. El origen de
la sportula lo encontramos en una pequeña cesta de mimbre o esparto, de dónde
procede su nombre, usada para transportar los alimentos a la mesa. Poco a poco,
el término sportula se destinó a cualquier regalo, donación o recompensa. Era
el patrón el encargado de este reparto que realizaba entre los clientes, de ahí
que hoy en día sean los empresarios los “encargados” de regalarlo a sus
empleados o clientes.
A lo largo del mes de diciembre tenía lugar una espórtula,
coincidiendo con la Saturnalia, una de las festividades más importantes del
calendario romano en honor a Saturno(festividad mencionanda en una entrada anteriormente). También era típico de los romanos que,
durante estas fiestas, se regalaran entre amigos y familiares obsequios tales
como regalos, velas o figurillas de barro. Era entonces cuando se
intercambiaban la sportula Saturnalia. En el
caso de los esclavos, recibían raciones extras, tiempo libre.... etc.
Para contextualizar adecuadamente esta ofrenda, tenemos que
hablar de Rómulo, con quién se cree que se tuvo lugar por vez primera. Se
perseguía una finalidad clara: estrechar lazos entre ambas partes de la
sociedad romana. Por un lado se pretendía que los clientes pudieran vivir sin
envidias y, por otro lado que, los patronos lo hicieran sin faltas de respeto
‘obsequium’.
Un poco más tarde cuando este reparto fue sustituido por una
pequeña cantidad de dinero. De ahí que se crea que existe un vínculo entre la
cesta y el popular aguinaldo. Éste se conocía en la época romana como stranae, que no era otra cosa que un pago especial al trabajador, bien en
dinero, bien en especies.
Más de 1500 años después de la caída del Imperio romano, volvemos
la mirada hacia atrás y retomamos aquella tradición, comenzando así a regalarse,
a día de hoy, cestas de Navidad.
1 comentario:
Curioso descubrimiento, ¿no? Buen trabajo.
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